Es típico comerlo en las tiendas y puestos callejeros que hay en la avenida que lleva al santuario Itukushima.
Es un bollo hecho de bizcocho (Castella) y tradicionalmente relleno de anko (pasta de judía dulce azuki) al que se le da forma de hoja con un molde.
Cuenta la historia que a principios de 1900, un pastelero llamado Takatsu Tsuneke servía dulces a un ryokan situado en Miyajima, en una zona llamada Momiji-dani repleta de arces y muy turística.
La dueña del ryokan encargó a Takatsu la realización de un dulce en forma de hoja de arce como souvenir y de ahí el inicio del momiji manju.
Aunque la forma de la hoja original se ha mantenido a lo largo de los años, las opciones de relleno se han multiplicado, pudiendo ser muy variadas para satisfacer los cambiantes gustos actuales.
Por ello podemos encontrar momiji manju rellenos de té verde, fresa, crema de almendras, limón, sésamo, chocolate, queso crema, castaña.
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